Trastornos de la bioenergética: La fatiga como una señal clave de disfunción mitocondrial La fatiga es mucho más que un cansancio pasajero; representa un desequilibrio profundo en los sistemas bioenergéticos del cuerpo. Esta condición puede ser un modelo para entender cómo las disfunciones en la producción de energía afectan nuestra salud y bienestar.En este artículo exploraremos cómo las mitocondrias, nuestras “centrales energéticas”, desempeñan un papel crucial en la fatiga y qué estrategias desde la medicina funcional pueden ayudarnos a abordarla. ¿Qué son los trastornos de la bioenergética? La bioenergética se refiere a los procesos a través de los cuales el cuerpo genera, almacena y utiliza energía. Las mitocondrias, organelos presentes en casi todas nuestras células, son responsables de convertir los alimentos y el oxígeno en energía (ATP). Cuando estas funciones se ven alteradas, se produce un trastorno bioenergético, lo que puede manifestarse como: Fatiga persistente. Dolores musculares. Problemas cognitivos. Condiciones crónicas como el síndrome de fatiga crónica (SFC). La conexión entre mitocondrias y fatiga Los órganos con mayor demanda energética (cerebro, músculos, corazón e hígado) son los más afectados cuando las mitocondrias no funcionan correctamente. Por ejemplo: Cerebro: Aunque representa solo el 2% del peso corporal, consume el 22% de la energía total, lo que explica por qué la fatiga se asocia frecuentemente con niebla mental y dificultades cognitivas. Músculos: El agotamiento de ATP durante el esfuerzo físico causa fatiga periférica, que puede mejorar con ejercicio gradual. Corazón e hígado: Estos órganos esenciales para la circulación y el metabolismo también dependen de un suministro energético constante. ¿Qué tipos de fatiga existen? La fatiga puede clasificarse en dos grandes categorías: Fatiga periférica: Relacionada con el agotamiento de recursos como ATP y glucógeno. Es típica después de ejercicio físico y empeora con una dieta deficiente o deshidratación. Fatiga central: Originada en el sistema nervioso central. Relacionada con desequilibrios de neurotransmisores (triptófano, ácido quinurénico) y factores emocionales como ansiedad o depresión. Ambas están interconectadas, ya que el estado energético general influye tanto en el cuerpo como en la mente. Impacto de la fatiga en la vida diaria La fatiga crónica tiene un efecto devastador en la calidad de vida. Algunos de los impactos más comunes incluyen: Pérdida de productividad laboral: En Estados Unidos, los trabajadores con fatiga generan pérdidas de $136,400 millones anuales. Problemas de salud mental: La fatiga está vinculada con ansiedad, depresión y estrés. Disminución de la calidad de vida: Las actividades diarias se ven afectadas, desde el trabajo hasta las relaciones personales. Causas subyacentes de la fatiga desde la medicina funcional La medicina funcional evalúa la fatiga desde una perspectiva integradora, analizando factores como: Inflamación crónica: Afecta la función mitocondrial al aumentar el estrés oxidativo. Desequilibrios nutricionales: Deficiencias de CoQ10, vitaminas del grupo B y hierro son comunes. Alteraciones en el sueño: Un descanso insuficiente reduce la capacidad de recuperación energética. Estilo de vida sedentario: Disminuye la densidad mitocondrial y la producción de ATP. Estrés emocional: Afecta la regulación de neurotransmisores clave. Diagnóstico funcional de la fatiga La evaluación de la fatiga requiere herramientas como: Línea de tiempo y matriz clínica: Identifican antecedentes, factores desencadenantes y perpetuadores. Cuestionarios específicos: Escalas que ayudan a medir la gravedad y el impacto. Pruebas de laboratorio: Incluyen niveles de glutatión, lactato, función tiroidea y biomarcadores inflamatorios. Estrategias para abordar la fatiga desde la bioenergética El tratamiento debe ser personalizado y multifactorial, incluyendo: Optimización nutricional: Suplementos como CoQ10, L-carnitina y magnesio para mejorar la función mitocondrial. Dietas ricas en antioxidantes y antiinflamatorias. Actividad física gradual: Ejercicios de bajo impacto (<60% de la frecuencia cardiaca máxima) para estimular la densidad mitocondrial sin agotar las reservas. Gestión del sueño: Crear rutinas nocturnas que favorezcan un descanso reparador. Manejo del estrés: Prácticas como yoga, mindfulness y técnicas de respiración diafragmática para regular la respuesta del sistema nervioso. Soporte médico: Terapias personalizadas basadas en los hallazgos clínicos, ajustando las intervenciones según los resultados. Conclusión La fatiga es un síntoma complejo que refleja desequilibrios en múltiples sistemas del cuerpo. Abordarla desde la perspectiva de la bioenergética y la medicina funcional no solo ayuda a recuperar la energía, sino que también mejora la calidad de vida y previene enfermedades crónicas. Pequeños cambios en la nutrición, el ejercicio y el manejo del estrés pueden marcar una gran diferencia. ¡Tu energía es la base de tu bienestar!
Hablemos de Envejecimiento Saludable
Envejecimiento Saludable Investigaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke y otros estudios reconocidos han revelado, de manera sorprendente, que un envejecimiento saludable es posible si mantenemos un intestino sano. Los estudios muestran que los adultos mayores con microbiomas intestinales más diversos y equilibrados tienden a ser personas más delgadas, activas y con mayor energía, en contraste con aquellos que presentan microbiomas menos diversos y desequilibrados. La salud digestiva ha ganado cada vez más relevancia en el ámbito médico, al considerarse un factor clave en el desarrollo de múltiples condiciones de salud. En consecuencia, los enfoques y tratamientos médicos se orientan cada vez más a mejorar la salud intestinal. Las Zonas Azules: Secretos de la Longevidad Las zonas azules son regiones del mundo donde se encuentran las personas más longevas, muchas de ellas superando los 100 años. Lugares como Okinawa en Japón, Ikaria en Grecia y la península de Nicoya en Costa Rica han sido objeto de estudio del investigador y escritor Dan Buettner, quien dedicó más de una década a investigar las condiciones que permiten a sus habitantes alcanzar edades avanzadas sin padecer enfermedades cardíacas, obesidad, cáncer o diabetes. Imagen tomada de: https://neuronup.com/estimulacion-y-rehabilitacion-cognitiva/envejecimiento-normal/las-zonas-azules-longevidad/ Entre los principales hallazgos destaca el consumo diario de alimentos naturales, libres de pesticidas y químicos, ricos en nutrientes. En Okinawa, por ejemplo, se practica el concepto “hara hachi bu”, que anima a las personas a dejar de comer cuando se sienten llenas al 80%. Otras prácticas comunes en las zonas azules incluyen el ejercicio de bajo impacto diario, el control del estrés y de emociones como la ira y la ansiedad, y un fuerte sentido de comunidad. Salud Digestiva y Longevidad La salud digestiva y la longevidad convergen en hábitos diarios que promueven una buena alimentación, evitando excesos, practicando ejercicio físico de bajo y mediano impacto regularmente, manejando adecuadamente las emociones y reduciendo el estrés. Estos hábitos favorecen el equilibrio del microbioma intestinal, permitiendo que las bacterias benéficas prosperen y generen el balance necesario para una vida larga y saludable. ¿Conocías acerca de las ‘Zonas azules’? ¿Adoptarías sus prácticas? Déjame tu opinión en los comentarios…
La importancia de revisar las etiquetas
La importancia de revisar las etiquetas Está ampliamente demostrado que la alimentación desempeña un papel fundamental en el desarrollo de patologías crónicas como la diabetes, hipertensión, obesidad y cáncer. Sin embargo, es preocupante que el suministro de alimentos esté dominado por productos envasados altamente procesados, ricos en conservantes, grasas saturadas, azúcar y sal. El siguiente estudio analizó datos de la base Open Data de Label Insight, que representa más del 80 % de los productos vendidos en Estados Unidos. Este análisis evaluó tanto la calidad nutricional como el grado de procesamiento de los alimentos, categorizándolos mediante el sistema Health Star Rating (HSR) y el marco de clasificación NOVA, respectivamente. El Health Star Rating (HSR) es un sistema de etiquetado frontal que califica el perfil nutricional de los alimentos envasados, asignándoles una puntuación de ½ estrella a 5 estrellas. A mayor cantidad de estrellas, más saludable es la elección. Por otro lado, la clasificación NOVA clasifica los alimentos según su grado de procesamiento industrial.En el estudio se evaluaron 230,156 productos, de los cuales el 71 % se clasificaron como ultraprocesados. En Colombia, aún no contamos con estudios de esta magnitud, lo que significa que desconocemos cifras similares. Sin embargo, es probable que nuestras cifras no sean tan alarmantes como las de países desarrollados, como Estados Unidos, que enfrentan mayores desafíos medioambientales, problemas sociales y menores exposiciones a ciertos antígenos en comparación con nuestra región. El mundo está inundado de productos de gigantes de la industria alimentaria como Nestlé, PepsiCo, Coca-Cola Company, Mondelez, Unilever, Kraft Heinz, General Mills, Mars Inc. y Tyson Foods. Estas empresas, en su mayoría ubicadas en Estados Unidos, producen cantidades enormes de alimentos ultraprocesados que se consumen diariamente en todo el mundo. A pesar de las evidencias sobre su impacto negativo en la salud, nadie ha logrado frenar la influencia de estas industrias, y cada día más personas se ven afectadas por enfermedades relacionadas con el consumo de este tipo de alimentos. Cómo médica, siento una misión clara: informar y educar a mis pacientes para que aprendan a leer las etiquetas de los productos que consumen, elijan alimentos menos procesados y prioricen aquellos ricos en nutrientes. Este cambio no solo ayuda a prevenir condiciones crónicas de salud, sino también a mejorar el bienestar general. Sandra Hoyos M.D.